Por: Trinidad Fernández Valdés
He observado a través de los años que el mejor de los relatores no basta, que los mejores coach no bastan, que todo los títulos habidos y por haber tampoco bastan (lo siento) ,obvio que es de suma importancia que nos vayamos preparando y adquiriendo conocimiento, eso es perfecto, pero tampoco basta, pero si al conocimiento y a la preparación académica le agregamos el toque mágico de empatía, el: “yo me pongo en tu lugar”, “yo puedo sentir cuáles son tus temores y no te juzgo (“porque yo tengo otros peores jaja”), no te comparo con nadie porque sé que todos somos únicos ,importantes y especiales”, si le agregamos ese toque de cariño, conectándonos realmente con el contexto del equipo, a que se dedican, como se llevan entre ellos, cuál es su estructura, quienes son sus participantes, y toda la información que complete el quiénes son, si hacemos de verdad y de corazón todo esto, el equipo humano que está participando puede sentirse relajado, aceptado, y se va abriendo a nuevas ideas, permitiendo que se produzca un pequeño y a veces gran cambio en su percepción , en las relaciones con sus compañeros, en mejoras para el equipo y así una larga lista de logros colectivos. La empatía se podría decir que es el verdadero “toque mágico”, la llave del corazón de un equipo, el cuál sintiéndose escuchado, comprendido y valorado abre sus puertas y permite que conozcamos realmente su estructura, sus potenciales, sus virtudes y mucho más pero con una mirada desde el interior.
Finalmente me gustaría agregar que nos sentimos infinitamente agradecidos de que tantos equipos hayan compartido su vivencia con nosotros, y como decía anteriormente, “Que nos hayan abierto su corazón”, es verdaderamente un privilegio.