Para un momento, respira, siente como en tu cuerpo va fluyendo una sensación de relajo…
Vivimos tiempos acelerados. Los avances tecnológicos, el sobre-estímulo al que estamos expuestos, la exigencia de responder desde nuestra identidad laboral, familiar, social, virtual, la sensación de que habitamos un planeta en crisis.
Si bien nuestros organismos humanos se van adaptando a estas diversas demandas, en ese mismo proceso se ven expuestos a mellar su salud tanto física como emocional. Uno de los riesgos psicosociales más esparcidos es el llamado “estrés laboral”, aquel conjunto de síntomas negativos o desagradables que presenta un trabajador/a debido al rol que le toca desempeñar, ya sea por un bajo nivel de control sobre sus tareas, relaciones laborales conflictivas, mucha sobrecarga, entre otros. Cuando estos estresores se mantienen durante mucho tiempo, las personas pueden experimentar cuadros aún más complejos de salud, desarrollando enfermedades que pueden resultar crónicas.
Por eso, es urgente y necesario hacer frente a estos riesgos antes de que tomen un cauce mayor, mediante la gestión de acciones que vayan en favor del bienestar de las y los trabajadores y así se puedan contrarrestar los posibles daños que conlleva muchas veces la vida adulta y sus múltiples desafíos.
Cuando pensamos en el concepto de Bienestar, necesariamente nos vemos impulsados a adentrarnos en el mundo de las emociones humanas, y por ende en el mundo de los flujos químicos de nuestro cuerpo. Se ha estudiado que así como la hormona asociada al estrés es el Cortisol, existen 4 hormonas llamadas a aportar en nuestra “felicidad”, a saber: Dopamina, Oxitocina, Serotonina y Endorfina. Cada una de ellas aporta desde distintas veredas a esa sensación de bienestar y equilibrio organísmico. La Dopamina, por ejemplo, se asocia a los circuitos de recompensa y placer, impulsándonos a repetir aquello que nos genera satisfacción. Se relaciona con la adquisición de hábitos y la sensación de auto-realización cuando cumplimos una meta o recibimos retroalimentación positiva. La Oxitocina, también llamada “hormona del abrazo” se encarga de la generación de vínculos, haciéndonos sentir conectados con otros, en confianza. Se asocia a la sensación que popularmente llamamos Amor. Por su parte, la Serotonina nos ayuda a regular el ánimo, afectando de manera positiva en nuestros ciclos de sueño, funciones cognitivas y autoestima. Por último, la Endorfina funciona como una morfina natural, haciendo las de analgésico ante el dolor y malestar.
Para fomentar la producción e estas maravillosas hormonas podemos realizar diversas acciones. Convengamos en que si bien hay factores ambientales que influyen en nuestro bienestar, finalmente hay una gran parte que tiene que ver con cómo nosotros mismos gestionamos aquello que el contexto nos ofrece, así como nuestro mundo emocional más interno. Aquellas acciones que elegimos realizar desde nuestra propia voluntad se conglomeran en lo que llamamos “Autocuidado”, que van desde decisiones concretas en cuanto a nuestra alimentación, hasta el tiempo que le damos a observar nuestros pensamientos y diálogo interno ¿Qué tanto nos permitimos estar por completo en el momento presente? ¿Es el estado de mindfullness algo a comprender racionalmente o más bien un hábito a ser sentido e incorporado desde el cuerpo?
Al mismo tiempo, esas decisiones que tomamos como individuos en pos de nuestro propio bienestar, afectan a aquellos con quienes nos relacionamos, dinámica que se evidencia en cualquier espacio de relaciones humanas. Los equipos de trabajo, sea cual sea el objetivo que tengan en común, están llamados siempre a entrar en el ”juego de las emociones”. Somos funcionales en nuestros roles y tareas, pero en todo momento también somos seres emocionales, y está demostrado que mientras más potenciemos en conjunto un clima laboral favorecedor para todos/as, mayor bienestar laboral obtendremos a nivel grupal e individual, logrando finalmente ser más felices en nuestro trabajo y aportando así a nuestra calidad de vida.
Como equipos de trabajo tenemos la capacidad de ayudarnos mutuamente a liberar este ejemplar grupo de hormonas, y lo podemos hacer desde acciones pequeñas del día a día como organizando instancias que marquen un precedente de bienestar y nos permitan frenar el frenesí laboral y descansar.
En el hermoso parque de SURESTE (Cajón del Maipo), contamos con un entorno de naturaleza viva que de seguro va a aportar en ese camino de bienestar que todo equipo necesita. Vivir actividades de esparcimiento y camaradería, ya sea disfrutando de un rico desayuno de montaña con pan amasado y café de grano, aventurándose en un circuito outdoor que les permita apoyarse mutuamente y a la vez incentivar la endorfina con actividad física, o compartiendo una meditación sumergidos en un milenario bosque de peumos, estamos seguros/as que será una experiencia inolvidable y que elevará el bienestar individual y grupal.