Por: Trinidad Romero Fernandez
En la actualidad en Chile, el clima laboral es una dimensión que es medida por una serie de encuestas e instrumentos que pretenden reflejar el nivel de satisfacción personal en el ambiente de trabajo. Las organizaciones anualmente aplican estos instrumentos a sus trabajadores con el fin de obtener esta información y generar intervenciones. Sin embargo, nos podemos preguntar: ¿Es realmente importante el clima laboral para una empresa?; ¿A quién le importa realmente?; ¿Es algo para las organizaciones o para las personas?
Bueno, creo realmente que no son preguntas con respuestas fáciles, sin embargo, son importantes de ser planteadas si queremos pensar en desarrollo organizacional. El clima laboral se define como un conjunto de características o propiedades relativamente permanentes en el tiempo de un ambiente de trabajo que son percibidas y experimentadas por las por las personas que componen la organización y que influyen sobre sus conductas. Desde este lugar, podemos decir que es como cada persona se siente y percibe el ambiente de trabajo, lo que va a influir en sus propias actitudes, cogniciones, disposiciones y en su desempeño laboral.
El clima laboral que se percibe como negativo, está relacionado con el ausentismo, la rotación y el bajo rendimiento , lo que podría impactar en el logro de los objetivos de las empresas. Ahora, ¿Sólo importa a la luz de los resultados?, Aquí me atrevo a decir que no. Si consideramos la dimensión humana y ética que tienen las compañías con sus colaboradores, debería ser un factor fundamental de preocupación, ya que, si una persona se siente en un ambiente no favorecedor para su desarrollo personal, va a impactar en su calidad de vida y bienestar psicosocial, ya que no es menor la cantidad de tiempo que invertimos en el trabajo.
Ahora, si nos queremos hacer cargo, me atrevería a decir que (por lo menos) hay tres niveles al que debemos atender: En primer lugar, a nivel organizacional, las empresas deberían facilitar momentos de encuentro (reuniones grupales y personales, jornadas de capacitaciones, momentos de escucha etc.) que acojan la dimensión humana y relacional en los equipos de trabajo. En segundo lugar, a nivel personal, cada uno de nosotros deberíamos hacernos cargo de nuestra propia disposición y actitud que tenemos hacia nuestras responsabilidades y acciones. Y finalmente, en tercer lugar, a nivel de compañeros creo que es importante estar atento (desde el mínimo detalle de saludar, preguntar y recibir a los otros), de las necesidades y estados en los que se encuentran el resto de las personas con las que día a día mantenemos contacto y compartimos tareas.
Es por esto que en Sureste contamos con un ambiente y talleres diseñados para favorecer estas tres dimensiones e instancias, de manera que los equipos puedan experimentar, en primera persona, un momento que se agregue al repertorio de buenas prácticas organizacionales. Cada actividad va a estar pensada en relación a sus necesidades y alineada con los objetivos que se esperan cumplir, de esta manera podrán sacar a relucir los propios potenciales relacionales que tenga un equipo, para que ayude a llevarlo a la práctica en el día a día.
Finalmente, podríamos decir que el clima laboral es un fenómeno complejo que aborda diferentes dimensiones, y que afecta de manera sistémica a toda la organización, desde lo macro y objetivo (los resultados), hasta lo micro y humano (las relaciones).
Trinidad Romero Fernandez.
Psicóloga.
Diseño Instruccional.